Historia de juguetes

Ayer, en el curso de una caminata muy interesante llegó un mensaje a mi móvil del meritito Joker, quien gestiona la bitácora: Movieland.

El mensaje textual: "Con solo ver el trailer de Toy Story 3 llorarías, ahora con la peli... va a estar chidota".

Bien, para quienes me conocen no les extrañará que me declare fan de Toy Story. Más aún del primer filme, el segundo lo vi más por compromiso que por otra cosa... Ya tiempo atrás especulábamos sobre el tema; exponía que en lo personal no me gustaría ver un tercer filme, se me hará muy triste y prefiero quedarme con el primer valor que tengo sobre la historia y realización, siempre la ilusión previa es la mejor.

Y ayer que recibí el mensaje, pensé: "Nel, no lo voy a ver", pero fue inevitable ¡caí! ¡caí! (raro ¿no?). Y si fue muy triste ver el trailer, el comienzo es melancólico, aunque no me hizo llorar. Ahora tengo casi un año para decidir verla o no, yo diré que no pero tengo que tomar en cuenta que en ocasiones siempre me niego y siempre voy, lo que digo es al revés de lo que quiero ¡ge!.

Como sea, no evoluciono; sigo siendo fan de Toy Story