Huele a fiestas...

El centro de Durango está lleno de sorpresas, por todo lo que puedes encontrar y a tooodos los que te puedes encontrar... y en estas fechas decembrinas pareciera que cobra más vida que nunca, y aunque muchos dicen que la crisis económica que se avecina acabará con las fiestas tradicionalistas el actuar de las personas dice todo lo contrario, cosa que da mucho gusto.

El tráfico es exagerado a cualquier hora, las calles principales están a reventar, en los comercios se ve mucha actividad, todo esto contrastado con los adornos navideños y el magnífico alumbrado que amablemente el gobierno se ocupó de colocar en lugares estratégicos (mmm jeje).

Bien, pues resulta que el fin de semana pasado me llegó el espíritu navideño (cosa que no había sucedido desde hace muchos años) y tomé la inciativa para poner en onda mi casa y colocar el arbolito y nacimiento. Después de haber juntado todo lo necesario, recordé que me faltaba un poco de papel roca, heno y musgo. Entonces el domingo muy temprano decidí ir a buscarlo en compañía de mi Papá.

Es ahí donde me di cuenta de lo loco que está el centro a toda hora y en cualquier día al menos por estas fechas, el lugar idóneo para conseguir lo que me faltaba fue el Ex-Cuartel Juárez; no tuve que adentrarme mucho, porque a la entrada estaba lo que buscaba, malestacioné el coche (y no me infraccionaron eh!) y pedimos nuestras 3 bolsas de heno, 1 kilo de musgo, 3 pliegos de papel roca y la cuenta...

Pero no contábamos con lo que pasaría después... La señora de un ladito, la que muy amable nos dijo: "pásele, ¿cuánto le damos?" y la cuál tenía su escritorio sobre una reja de madera nos dijo: "sh, sh, sh... ¿no compra cohetes?, para los chiquillos" y entonces me dió risa y me fascinó la picardía con la que nos ofreció su producto estrella.

Mi Papá y yo al mismo tiempo buscamos aprobación con la mirada y recordando paralelamente la mercancía con la que jugábamos en diciembre hace años empezamos a comprarle por debajo del agua todo lo que nos ofrecía: brujitas, chapulines, barrenos, casuelitas, cebollitas, chifladores... y de esos de los "que se prenden bien machín y que a los chiquillos los vuelve locos", decía la señora. Sacaba y sacaba cosas de la bolsa de su chamarra y al mismo tiempo le pedía a su acompañante: "ay échame aguas m'hija, ay échame aguas"

Al fin salimos del Ex- Cuartel Juárez cargados de mercancía ilegal por una mínima cantidad de 150 pesos, lista para disfrutar en casa, diversión sana pero ilegal... días después me enteré que las autoridades correspondientes (como dicen en las noticias jaja) había hecho una revisión y que sólo encontraron una mínima cantidad de estos productos, obviamente porque los comerciantes ya estaban alertados, pero lo curioso fue que los locatarios actuaron muy bien diciendo muy preocupados: "iiih ya encontraron algo...", como si todo mundo estuviera haciéndose de la vista gorda.

Por este relato, hoy declárome fan de.... la picardía de los comercios informales e ilegales!!!

¿Alguien ha comprado polvoritas en el Ex - Cuartel? Ya llevo una historia diferente a la mía, más divertida por cierto, pero no soy quién para robármela jajaja. Pero cuéntenla en los comentarios, ¡vamos!

Foto de El Siglo de Durango.