5.10.16

Te regalo mis letras



Me he estado enamorando de nueva música, siguiendo la misma línea melancólica que me ha llamado en los últimos cuatro años de mi vida. Yo nunca pedí es una canción que ya tomó un significado personal, la interpreto como los regalos que nos ofrecen las personas que se cruzan en nuestra biografía, algunas veces no pedimos ni nos imaginamos lo que vivimos y eso está bien, todo se recibe con una sonrisa.

Hace unos días estuve en un evento en donde presentaron una editorial; fue muy interesante porque estuvieron presentes desde el autor intelectual hasta el distribuidor del libro, todos hicieron una narrativa para compartirnos su experiencia en la participación de la obra final, pudieron hacer tangible el talento, tiempo y esfuerzo involucrado en una pieza repleta de sentido a partir de armar al antojo el abecedario.

Algunos testimonios me gustaron más que otros, pero creo que también de eso se trata, de hacer una revoltura de virtudes con un mismo fin. Me imagino toda la travesía que pasaron de manera individual y grupal para que ese libro diera a luz... Seguramente fue un viaje fascinante. 

A partir de esta charla, me puse a pensar en las maravillas que pueden nacer a partir de algo, de lo que sea, de no pedirle nada a la vida, sino darle todo; tal vez de empezar por regalar tus propias letras...

Y luego me acordé de algo que había escrito en mi bitácora personal hace un par de semanas, inspirándome en otras vidas y consideré que venía ad hoc.

Otra vez, con otra canción, con esta canción, la curiosidad de encontrarte casualmente aparece en mi mente. Es increíble la pasión que se genera a partir de un solo pensamiento y siento una fuerza en mi interior difícil de explicar. Hoy, como ayer, te regalo también mis letras, te invito a que las tritures, acomódalas a tu antojo con esa precisión y crítica que te fascina; destrúyelas y si lo deseas, vuelve a construirlas. Te permito que seas arbitrario con cada punto, con cada coma; tú sabes que el punto y coma es sexy y lo usas muy bien pero también puedes usarlo mal. Te convido cada palabra aguda, grave, esdrújula y también mis favoritas: las sobreesdrújulas. Los acentos gráficos enfatizan tu energía. Elige lo que tú quieras porque para mí estará bien, tu significado será tan distinto al mío y en el balance general de esta suma y resta de palabras hechas de mis letras, los dos ganaremos, tendremos un abecedario diferente y ambos serán invaluables. Mientras eso sucede, cada una de mis letras te pertenecen.

Tu luz me está alumbrando y la vida me está premiando. Ha sido tan bueno coincidir...

No soy fan de ti, soy fan de lo que me estás regalando. Lo agradezco, le sonrío.


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